El presente artículo, dada la cantidad de información que contiene y la necesidad de una lectura pausada, se ha dividido en tres partes, siendo el contenido global el siguiente:
Parte I:
- Introducción
- Antecedentes I (año 2002 al año 2016)
Parte II:
- Antecedentes II (continuación año 2016 hasta el año 2020)
- Medios sociales, mirarse al espejo
- Resumen: Puntos en común de las publicaciones anteriores
- Reacciones en el seno de la policía
Parte III:
- Soluciones: Importancia de los pensamientos propios y de las emociones
- Reflexiones
- Epílogo
- Conclusiones personales
- Recursos y referencias adicionales
Introducción
Este artículo está redactado, dedicado con todo el respeto y consideración a los agentes de policía y sus familias.
El escrito se centra en «querer atisbar» desde la percepción del profano, la problemática del riesgo que comporta dicha profesión, así como el papel de refuerzo o rechazo individual que pueden ejercer los agentes de policía, en el mantenimiento de la situación actual.
Riesgo, entendido que no proviene del exterior, si no del propio interior de la mente de cada agente, que como ocurre en todos los humanos, es difícil de superar.
Se trata que como personas que son, eviten que exista una dicotomía entre su SENTIR y su actuar.
UIP acrónimo de Unidades de Intervención Policial
La existencia y persistencia de dicha dicotomía se traduce directamente, tal como demuestran los hechos, en una tendencia hacia la pérdida de la salud y finalmente de la propia vida.
Antecedentes
Son numerosos los estudios sobre la psicología y el suicidio de los policías que han sido publicados antes del contexto actual, por lo que sin querer abarcar una revisión bibliográfica completa, que no es la pretensión, nos limitaremos a citar algunos de ellos cronológicamente a partir del año 2002, aquellos que aportan a nuestro criterio, elementos de interés para centrar el tema.
Las letras en negrita, en cursiva o en azul, son resaltes del autor del artículo y no del original, que al inicio del mismo siempre se referencia y muestra el enlace para su obtención, si se quiere consultar.
2002 En este año la revista Am J Psychiatry 2002; 159:2069–2071, publica el siguiente estudio denominado “Suicide Among New York City Police Officers, 1977–1996 ” (Suicidio entre los agentes de policía de la ciudad de Nueva York), realizado por Peter M. Marzuk, Matthew K. Nock, Andrew C. Leon, Laura Portera, Kenneth Tardiff, en el que exponen:
Descubrimos que la tasa de suicidios entre los agentes de policía de la ciudad de Nueva York no era más alta que la tasa de suicidio ajustada de la población de la ciudad y las tendencias no habían aumentado recientemente. Incluso el rango superior de la estimación, que probablemente incluye algunos suicidios policiales que se habían clasificado erróneamente como accidentes, no superó la tasa de suicidios ajustada demográficamente de la población general.
Es probable que los suicidios policiales tengan múltiples determinantes. Las tensiones laborales a menudo incluyen la exposición de un policía al trauma y la muerte, incluido el suicidio; políticas administrativas difíciles, cambios de asignación y horarios de trabajo irregulares; equipo deficiente; desconfianza pública; crítica gubernamental de las acciones policiales.
Sin embargo, las barreras para los policías que buscan atención psiquiátrica siguen siendo formidables, ya que les preocupa que la evaluación psiquiátrica pueda resultar en sanciones laborales, reasignación, restricción de privilegios de armas de fuego, ascensos perdidos y estigmatización.
2004 En carta al editor de la revista, (Am J Psychiatry 161:4, April 2004 ), se publican los comentarios al anterior artículo por parte de John M. Violanti y dice:
- Las exposiciones laborales que conllevan la vigilancia, son factores que añaden un peso considerable al análisis del suicidio. Incidentes como presenciar la muerte, encontrarse con niños abusados y los combates callejeros pesan mucho como precipitantes de la depresión, el consumo de alcohol y el suicidio.
- La exposición y la socialización laboral en la policía tienen un impacto profundo en los agentes. Fue interesante que la edad media de suicidio de los agentes de policía en este estudio fue de 33,5 años, una edad mucho más joven que la norma nacional para el suicidio. También fue interesante que las tasas de suicidio policial fueran notablemente inestables, mientras que las tasas de población se mantuvieron estables durante el período de 20 años. La alta tasa de suicidios policiales en 1994, por ejemplo, ocurrió durante una época de investigaciones internas en toda la ciudad sobre un escándalo policial de drogas
- Si bien todavía no podemos estar seguros de que el trabajo policial en sí mismo sea un factor de riesgo de suicidio, podemos afirmar que sirve como un campo fértil para los elementos que hacen precipitar el suicidio, incluidos los problemas de relación, el consumo de alcohol culturalmente aprobado, la disponibilidad de armas de fuego y la exposición a incidentes psicológicamente adversos. Este trabajo es parte de la cadena causal del suicidio.
- La policía es una ocupación psicológicamente peligrosa
De vuelta al año 2002 aparece el estudio denominado “Physical evidence of police officer stress” (Evidencia física del estrés del agente de policía), realizado por Gregory S. Anderson, Robin Litzenberger y Darryl Plecas, en el que demuestran por medio de un monitor cardíaco adosado, que los agentes de policía experimentan estrés tanto físico como psicosocial en el trabajo, anticipándose al estrés mientras realizan su trabajo, y sufren estrés anticipatorio al comienzo de cada turno.
Los resultados demostraron que los niveles más altos de estrés ocurren justo antes y durante los incidentes críticos, y que los policías no se recuperan completamente de ese estrés antes de dejar su turno. Dado que el entrenamiento policial enfatiza el control de las emociones, proyectando fuerza y autoridad sin mostrar emoción, uno debe esperar encontrar represores que indiquen niveles normales de estrés cuando se responden a cuestionarios en la investigación de los policías.
Además, el estudio examinó cómo cambiaba la frecuencia cardíaca en el transcurso de un turno para los diez policías estudiados que estaban involucrados en incidentes críticos. El presente estudio incluyó a cada uno de los 121 policías en el ejercicio de conducción con un monitor cardíaco que registraba cada latido del corazón. Los resultados muestran que los policías experimentan estrés tanto físico como psicosocial en el trabajo.
Los resultados también demuestran que anticipan el estrés a medida que realizan su trabajo, y de hecho, sufren estrés anticipatorio al comienzo de cada turno. No es sorprendente que los resultados demuestren que los niveles más altos de estrés ocurren justo antes y durante los incidentes críticos.
2005 En este año hay una publicación que compara la salud física, el bienestar psicológico y la satisfacción personal entre 26 profesiones en Gran Bretaña y entre las que se incluyen los policías.
La publicación se titula “The experience of work-related stress across occupations” (Experiencia del estrés relacionado con el trabajo, entre profesiones), redactada por los autores Sheena Johnson, Cary Cooper, Sue Cartwright, Ian Donald y Paul Taylor, Clare Millet , y se publica en el Journal of Managerial Psychology Vol. 20 No. 2, 2005.
En la comparación entre profesiones, indica que: De las 26 profesiones incluidas en la investigación, seis (ambulancia, maestros, servicios sociales, atención al cliente: centros de llamadas, funcionarios de prisiones y policía) se identificaron con valores peores que el promedio en cada uno de los tres factores (la salud física, el bienestar psicológico y la satisfacción personal).
Estas son las ocupaciones que se mostraron como las más estresantes con respecto al bienestar físico y psicológico y con los niveles más bajos de satisfacción laboral.
2007 La publicación de “Firearm legislation reform in the European Union: impact on firearm availability, firearm suicide and homicide rates in Austria” (Reforma de la legislación de armas de fuego en la Unión Europea: impacto de la disponibilidad de un arma, suicidio por arma de fuego y proporción de homicidios en Austria), redactada por Nestor D. Kapusta, Elmar Etzersdorfer, Christoph Krall, Gernot Sonneck y publicada en British J. of Psychiatry (2007), 191, 253-257, expone la experiencia austríaca entre 1985 y 2005, sobre la regulación de las armas de fuego en el año 1997, donde se muestra una inequívoca reducción del número de suicidios por este medio.
En las implicaciones del estudio expresan que:
Algunos investigadores afirman que las estrategias de prevención del suicidio se basan en dos enfoques diferentes, que deben equilibrarse, a saber, la restricción de los medios de suicidio y la prevención de los trastornos mentales. Señalan con razón el hecho de que la restricción de medios no aborda la causa raíz del problema.
2010 Aparece la publicación del trabajo “Exigencia emocional de trabajo en las Unidades de Intervención Policial” redactado por Rosario Martínez Arias y Concepción de Puelles Casenave en Psicopatología Clínica Legal y Forense, Vol. 10, 2010, pp. 91-128.
La referencia a esta publicación es importante porque se trata de las Unidades de Intervención Policial o mejor dicho, el núcleo duro y brazo ejecutor de las políticas gubernamentales en España.
El número de policías encuestados en el estudio es de 837.
En esta publicación que sirve de preámbulo a su tesis finalizada en el 2015 y que también comentaremos más adelante, quieran que si o que no los mandos policiales, en el fondo, siempre los agentes de policía por mucha instrucción que reciban y experiencia profesional que acumulen, por el hecho de ser personas, son sensibles a las emociones y a sus secuelas.
En esta profesión por lo que se encuentra en la literatura escrita, parece que «esa sensibilidad interfiere en el buen rendimiento del trabajador», en realidad ahí radica la esencia del problema, que es el intento de deshumanizar a las personas.
Cuando se sustituyan a las personas y sean robots quienes ejecuten dicha labor, manejados por algoritmos de Inteligencia Artificial, no se podrá contar con su “humanidad”, pero si alguien todavía existe en dicho contexto, podrá valorar la eficacia y rendimiento de los robots en los «trabajos asignados», como máquinas que son.
La publicación indica que: Los policías de las Unidades de Intervención Policial se caracterizan por una elevada movilidad y una escasa presencia de sanciones disciplinarias. Los resultados señalan como estos agentes reaccionan con gran madurez profesional ante la exigencia de distanciarse de la familia, así como con importante consternación ante la sanción.
En el apartado de: Determinación de la emoción básica que con mayor frecuencia es potencialmente suscitada por los escenarios, tareas y eventos de la actividad de las UIP ́s
En un primer nivel, el de mayor frecuencia, se presentan la escala de Ansiedad y la de Ira. La escala de Ansiedad obtiene la máxima puntuación, reflejando que el tema nuclear se caracteriza por “tener que afrontar una amenaza incierta” y, por lo tanto, las tareas que potencialmente pueden evocar ansiedad, son las que con mayor frecuencia aparecen en el trabajo las Unidades de Intervención Policial……
La escala de Ira, ocupa el segundo puesto en frecuencia de aparición, reflejando que el tema nuclear se caracteriza por “recibir ofensas contra el policía o los suyos” y, por tanto, los escenarios que potencialmente pueden evocar ira, son los segundos en frecuencia de aparición en el trabajo de las Unidades de Intervención Policial……
El 30’72% de estos policías, reconocen haber comentado en su entorno personal –una vez acabado el servicio- lo mal que le sienta esa falta de respeto. Sugiriéndose que los insultos, ofensas u otras faltas de respeto contra los policías, tienden a generarles adherencia emocional privada……
Por otra parte, el 30’67% de estos policías, reconocen haber acabado cansados mentalmente tras prestar servicio en un dispositivo de alto riesgo. Se trata de una consecuencia emocional no patológica y que no afecta a su actuación, pero que refleja una adherencia emocional sobre la esfera personal del agente.
El 18’99% reconocen que en alguna ocasión se notaron nerviosos o tensos cuando tuvieron que utilizar la bocacha (disparar), datos que sugieren como la utilización de técnicas psicológicas aplicadas al uso del arma pueden incidir en la mejora del rendimiento de estos trabajadores.
Pero las situaciones que precisan fuerza, se caracterizan por una alta emotividad, estados emocionales inducidos por numerosas características del evento (gritos, sirenas, riesgo físico propio, temor a las consecuencias del uso de la fuerza…) y, con frecuencia, una exigencia de actuación rápida, relacionada con la inmediatez con la que se puede generar el peligro. Todo esto, dificulta que el policía pueda atender de forma adecuada aquellas señales que le ayudarían en su proceso de toma de decisiones.
La muerte de un compañero en acto de servicio, ha sido experimentada por el 22’6% de los policías de las UIP’s, con una escasa frecuencia media de aparición del evento. Sin embargo, es el evento que denota más influencia de la emoción evocada, el 96’24% señalan reacciones que o bien interfieren en el entorno laboral o que suponen una adherencia emocional privada.
El 73’6% de los agentes de las UIP’s, han experimentado contacto con niños en las referidas situaciones de penosidad, con una frecuencia moderada.
Es uno de los eventos que más influencia de la emoción evocada denota (el cuarto) el 71’41% señalan reacciones que o bien interfieren en el entorno laboral o que suponen una adherencia emocional privada.
El 60’8% de los policías de las UIP’s han estado en contacto con cadáveres, aunque obtiene una escasa frecuencia media. El 99’20% de los que se han expuesto a este evento reflejan una intervención policial madura ante el servicio, sólo el 0’80% señalan que necesitaron que otro compañero les sustituyese porque se emocionaban.
El 27’35%, a pesar de abordar con entereza su trabajo, reconocen que en la intimidad sentían ganas de llorar, reflejando una adherencia de la emoción tras el contacto con cadáveres.
Finalmente, la investigación señala, que: los contextos emocionales de mayor presencia en el trabajo de las UIP’s, son aquellos que pueden movilizar sensaciones de ansiedad o ira. Contextos emocionales que, también, se caracterizan por generar más fácilmente una interferencia en el trabajo policial.
2012 Aparece un nuevo artículo centrado en la experiencia holandesa con el título de “Police officers: a high-risk group for the development of mental health disturbances? A cohort study” (Agentes de policía: ¿grupo de alto riesgo por el desarrollo de trastornos en la salud mental?) , redactado por Peter G van der Velden,Arthur R Rademaker, Eric Vermetten, Marie-Anne Portengen, Joris C Yzermans, Linda Grievink, publicado en BMJ Open 2013, y que vuelve a mostrar que la prevalencia de niveles clínicos y subclínicos de síntomas de ansiedad, depresión y hostilidad entre los agentes de policía no fue significativamente mayor que entre los grupos de comparación.
Sorprendentemente, los hallazgos mostraron que los policías en nuestro estudio comparativo eran tan saludables como los grupos de estudio que no se consideran profesiones de alto riesgo, como empleados de bancos (no víctimas de robos), empleados de supermercados, profesionales de la salud mental y soldados antes del despliegue.
¿Cómo se pueden explicar estos resultados?
En la situación holandesa, los agentes de policía siguen un proceso de selección riguroso: aproximadamente el 90% de los que se presentan al programa de formación de agentes son rechazados.
Además, los oficiales están capacitados para tratar y hacer frente a incidentes críticos y, como consecuencia, pueden ser muy resistentes a los problemas mentales.
2014 En este año se publica un texto de Vive CNP Galicia titulado “Compromiso con la vida” en el que aparece las estadísticas desde el 2000 al 2014 con 119 suicidios, donde se destaca que 79 de ellos ocurren en la escala básica, ninguno en la escala superior, 11 en la ejecutiva y 16 en la subinspección, siendo el modus operandi más empleado con 103 casos, el arma.
Esta división en escalas nos da pie a observar que ocurre con ellas en otros países.
En este mismo año del 2014, aparece la publicación titulada “A Survey of Stress Levels and Time Spent Across Law Enforcement Duties: Police Chief and Officer Agreement” (Encuesta sobre los niveles de tensión y el tiempo empleado en las tareas de aplicación de la ley: Entre el jefe y el policía), redactado por Maria Korre, Andrea Farioli, Vasileia Varvarigou, Sho Sato y Stefanos N. Kales.
Una de las figuras clave es la que muestra el nivel de tensión percibido por la profesión, ya sea tanto por los agentes, como los jefes de policía, apreciando que ya hay una desproporción destacable en las 4 principales fuentes de tensión de casi un punto de valoración entre ambos grupos sobre el seguimiento a pie de un sospechoso, el seguimiento por medio de coche, el ser testigo de un acontecimiento traumático y el control de uno mismo en un enfrentamiento físico.
Las conclusiones del estudio indican que:
Los jefes de policía y los agentes de policía, encuestados de forma independiente y utilizando el mismo cuestionario, proporcionaron estimaciones similares del tiempo relativo que los agentes dedican anualmente a las diferentes tareas de aplicación de la ley. Los niveles de estrés promedio específicos del servicio para los dos grupos también estaban muy correlacionados. Tanto los jefes de policía (dirección) como los agentes (trabajo) coincidieron en que las tareas rutinarias constituían más del 70% del tiempo profesional de los agentes de policía. También estuvieron de acuerdo en que presenciar sucesos traumáticos, altercados físicos y persecuciones sospechosas eran las tres tareas más estresantes, aunque las dos últimas representan menos del 5% del tiempo de trabajo combinado.
2015 De este año es el estudio sobre la policía francesa en el artículo denominado “Suicide dans la Police nationale francaise : trajectoires de vie et facteurs associés” (Suicidio en la Policía nacional francesa: trayectorias de vida y factores asociados), redactado por G. Encrenaz, A. Miras, B. Contrand, M. Séguin, M. Moulki, R. Queinec, J.-S. René, A. Fériot, M. Mougin, M. Bonfils, P. Marien, G. Michel, E. Lagarde.
De dicho artículo destacaremos el resumen inicial donde indica que “El análisis mostró que todos los agentes de policía autodestructivos presentaban síntomas de un trastorno mental, la mayoría de las veces de tipo depresivo. Tras las dificultades psicológicas, los principales factores de vulnerabilidad se referían al ámbito emocional”.
En este mismo año 2015, Concepción de Puelles Casanave presenta la Tesis doctoral, realizada por con el título “Exigencia emocional de trabajo y estilos de afrontamiento en las unidades de intervención policial”.
Recordar el trabajo previo de la misma autora ya comentado en el año 2010, y titulado “Exigencia emocional de trabajo en las Unidades de Intervención Policial”.
Con respecto al trabajo publicado en el 2010, se incluye una nueva aportación.
Las Unidades de Intervención Policial, muestran una importante presencia de agentes con personalidad resistente y próxima a la resistente. Además, se aprecia un mayor porcentaje de agentes con personalidad resistente entre mandos que entre sus subordinados. Resultando significativas las diferencias en todas las escalas (básica, subinspección y ejecutiva) así como las diferencias por categorías (excepto de policía a oficial). El hecho de que el aumento en la escala (y casi en todas las categorías) conlleve un aumento significativo de agentes con personalidad resistente, supone un apoyo a la previsión de que, ante situaciones difíciles, estas unidades policiales se comportaran de manera resistente.
2016 Se publica el artículo denominado “Correlates of hopelessness in the high suicide risk police occupation” (Correlación con la desesperanza en el trabajo policial con alto riesgo de suicidio), redactado por el ya comentado experto John M. Violanti, Michael E. Andrew, Anna Mnatsakanova, Tara A. Hartley, Desta Fekedulegn, y Cecil M. Burchfie.
Es un estudio realizado con 378 policías y hace referencia a que, “Puede ocurrir una sensación de desesperanza entre los policías dado el aspecto negativo, la inutilidad percibida de su trabajo y el estrés relacionado con el trabajo. Por ejemplo, los policías pueden trabajar años en un caso solo para que sea desestimado en los tribunales por un tecnicismo legal, o sentir que sus esfuerzos contra el aumento del crimen son inútiles”.
En sus conclusiones indican que:
- El estrés administrativo y la falta de apoyo organizacional, pero no el peligro, se asociaron con niveles de desesperanza cada vez mayores
- Estos resultados sugieren que las prácticas administrativas y la falta de apoyo del departamento tienen un efecto mayor sobre la percepción de desesperanza de los policías que el peligro de trabajar en las calles. Tales acciones pueden ser una fuente de desesperanza para los agentes de policía porque las perciben como inmutables y fuera de su control.
- Los agentes también comentan que rara vez se les reconoce por hacer un buen trabajo y con mayor frecuencia, se les cita por acciones negativas
- Los policías con síntomas elevados post traumáticos que perciben que tienen poco apoyo de la organización, pueden volverse cada vez más desesperados y potencialmente tener un mayor riesgo de comportamiento suicida.
- El apoyo es crucial para quienes experimentan síntomas de estrés postraumático. Se ha demostrado en estudios repetidos que el apoyo social de familiares, amigos, supervisores y compañeros de trabajo atenúa o reduce los efectos del estrés psicológico entre la policía.
- Para aquellos agentes que no pueden sobrellevarlo adecuadamente, el estrés laboral que interactúa con los síntomas de estrés postraumático, puede generar sentimientos abrumadores de desesperanza. En algunos casos, los agentes pueden concluir que la vida ya no vale la pena.
MMXX sine litteris
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