El infinito juego de la vida
Introducción
A lo largo de los cursos que realizamos, incluimos tradicionalmente un ejercicio trabajado y ampliado por Enrique Abansés que se denomina Rojo y Azul.
Es un juego que por su simpleza y sin la mediación de dinero alguno, parece imposible que despierte en quienes lo juegan, todo tipo de pasiones, emociones e incluso traiciones.
Juegos finitos y juegos infinitos
Lo que a continuación se expone proviene de un libro titulado The Infinite Game cuyo autor es Simon Sinek.
Dice textualmente:
«Si hay al menos dos jugadores, existe un juego. Y hay dos tipos de juegos: juegos finitos y juegos infinitos.
Los juegos finitos son jugados por jugadores conocidos. Tienen reglas fijas. Y hay un objetivo acordado que, cuando se alcanza, pone fin al juego.
El fútbol, por ejemplo, es un juego finito. Todos los jugadores visten camisetas y son fácilmente identificables. Hay un conjunto de reglas y los árbitros están ahí para hacer cumplir las reglas.
Todos los jugadores han acordado jugar con esas reglas y aceptan sanciones cuando las rompen. Todos están de acuerdo en que el equipo que haya obtenido más goles al final del período de tiempo establecido será declarado ganador, el juego terminará y todos se irán a casa. En los juegos finitos, siempre hay un comienzo, un medio y un final.
Los juegos infinitos, por el contrario, los juegan jugadores conocidos y desconocidos. No hay reglas exactas o acordadas. Aunque puede haber convenciones o leyes que rijan cómo se comportan los jugadores, dentro de esos amplios límites, los jugadores pueden operar como quieran. Y si eligen romper con las convenciones, pueden hacerlo.
La forma en que cada jugador elige jugar depende totalmente de ellos. Y pueden cambiar la forma en que juegan el juego en cualquier momento, por cualquier motivo. Los juegos infinitos tienen horizontes de tiempo infinitos. Y como no hay línea de meta, no hay un final práctico para el juego, no existe tal cosa como «ganar» un juego infinito.
En un juego infinito, el objetivo principal es seguir jugando para perpetuar el juego.»
Asociación de ideas
La razón de citar ideas y conceptos de este libro surgió por la lectura de la dedicatoria del mismo, y dice:
«Querida abuela. Porque vivías como si no hubiera meta.
Que todos aprendamos a vivir una vida tan infinita.»
¿Qué tiene que ver el rojo y el azul con el juego infinito?, aparentemente nada, pero según la definición anterior, clasificar el rojo y azul como un juego finito, ya que se trata de unas reglas acordadas y una duración finita.
Sin embargo, la realidad nos indica que no es así, porque la humanidad lo ha llevado practicando desde su origen y así nos hallamos a fecha de hoy, sin vislumbrar el verdadero objetivo del juego, que es jugar.
Condiciones del juego Rojo y Azul
Las reglas son muy simples, se trata de obtener el máximo número de puntos positivos a través de 10 tiradas en las que dos equipos tienen que escoger cada uno un color, o bien rojo, o bien azul.
Según lo que hayan escogido ambos existe una puntuación, sea positiva o bien negativa para cada uno de los equipos.
Así, la primera y fundamental acción que realiza quien dirige el juego es dividir a los participantes en 2 equipos.
Esa es una clave fundamental que habitualmente pasa desapercibida porque las personas no están centradas al inicio del juego, entre otras cosas por el ansia de empezarlo. Nadie cuestiona esa primera división.
La dinámica que se establece automáticamente es que todo el grupo de personas, desde el mismo momento en que se les separa en 2 equipos, adopta una actitud competitiva y se transforma psicológicamente.
El segundo punto crucial es que se les da por escrito y se les reitera numerosas veces que el objetivo es obtener el máximo de puntos positivos.
Aquí por arte de magia se da por supuesto que hay que ganar, cuando nadie ha expresado ni tampoco se expresará ese concepto, durante el juego.
A pesar de que hay juegos de gano, ganas, la creencia de que todo juego tiene un ganador y un perdedor, se emplaza de inmediato y guía inconscientemente todas las acciones posteriores.
A cada jugada los dos equipos deben escoger un color, o Rojo o Azul, en función de su comprensión del juego y de la tabla de puntuaciones, para después escribirlo en un papel cerrado y entregarlo a quién dirige el juego.
La tabla de puntuaciones es como sigue:
Si Equipo A escoge |
Si Equipo B escoge |
Los Puntos obtenidos por el Equipo A son |
Los Puntos obtenidos por el Equipo B son |
Rojo |
Rojo |
+ 3 |
+ 3 |
Rojo |
Azul |
– 6 |
+ 6 |
Azul |
Rojo |
+ 6 |
– 6 |
Azul |
Azul |
– 3 |
– 3 |
Una vez quien dirige tiene los papeles de ambos equipos, los hace públicos y se procede a anotar acumulativamente la puntuación obtenida.
Cada jugada es independiente y en total son 10 veces que se repite la acción.
Durante el desarrollo del juego, quien lo dirige, va realizando acciones para fomentar que la interacción entre los equipos.
Como por ejemplo, en algunas jugadas, previamente se anuncia que los valores de las puntuaciones de la tabla, serán distintos y se exponen a continuación.
El juego también incluye la posibilidad temporal de acercamiento entre los equipos, a través de la elección de un representante para dialogar entre ellos.
Sin embargo, en ningún momento se expone que hay que ganar, aunque parece que eso queda «aparentemente» explícito.
Es preciso siempre volver a recordar que ambos equipos disponen de un papel donde se muestra por escrito, que el objetivo es única y exclusivamente obtener el máximo número de puntos positivos.
Trasfondo del juego
La selección del color debe ser a ser posible unánime por las personas de cada grupo y en caso de no ser así, se dirimen las diferencias y se anotan.
El carácter y por lo tanto, el comportamiento individual tiene su importancia a la hora de escoger todo el grupo, un color.
Hay personas:
- dominantes
- se dejan dominar
- dudan
- se ofenden
- susceptibles
- desconfiadas
- no participan
- instigan
- quieren cambiar la decisión final……….
es decir reaccionan de idéntica forma, a la que harían en la toma de decisiones en su propia vida, el juego solo es un reflejo.
Se observa claramente que si un grupo solo escoge azules, el otro grupo se enfada y termina escogiendo azules, aunque «quiera» escoger rojos.
En realidad, por poco que analicemos el cuadro de puntuaciones, nos damos cuenta que rojo significa confianza y azul significa desconfianza.
Es por lo tanto un juego de apreciar si ambos equipos confían o desconfían, y si a pesar de mantenerse un equipo en la desconfianza, el otro es capaz de mantenerse en la confianza.
Finalmente, cuando un equipo cree que ha ganado por obtener una puntuación superior, se da cuenta de que nunca se ha hablado de ganar y que en realidad, NO hay DOS grupos, sino solo UNO, que es interdependiente, uno sin el otro y sus interacciones, no existiría el juego.
En definitiva el verdadero objetivo del juego es experimentar lo que significa la competición y las ventajas de la cooperación.
Un ejemplo natural de un solo grupo con dos equipos trabajando cooperativamente es el liquen, que es la asociación interdependiente de musgo y hongo.
Lo que percibimos en la naturaleza como una entidad y le denominamos liquen, está constituido por dos o tres organismos que funcionan en simbiosis como una sola unidad estable. Los líquenes comprenden un hongo que vive en una relación simbiótica con un alga o una cianobacteria, o bien con ambas.
Esta asociación le permite al liquen la vida en ambientes extraordinariamente inhóspitos y ser de hecho, uno de lo primeros colonizadores del territorio.
Pensamiento en la mente finita
Hoy por hoy, el fundamento sobre el que se basan las relaciones del mundo político, comercial, farmacológico, la bolsa, la medicina privada, etc., es que se actúa a corto plazo y con un pensamiento de mente finita.
Simplemente se centra en la obtención del beneficio máximo, sin importar el cómo se logra y mucho menos, en las repercusiones sobre el entorno y las propias personas.
Retomando el hilo del libro The Infinite Game, comenta que:
«Como seres humanos, estamos naturalmente inclinados a buscar soluciones inmediatas a problemas incómodos y priorizar las ganancias rápidas para avanzar en nuestras ambiciones.
Tendemos a ver el mundo en términos de éxitos y fracasos, ganadores y perdedores. Este modo predeterminado de ganar-perder a veces puede funcionar a corto plazo; sin embargo, como estrategia sobre cómo operan las empresas y organizaciones, puede tener graves consecuencias a largo plazo………
Debido a que los líderes de mente finita colocan un enfoque desequilibrado en los resultados a corto plazo, a menudo emplean cualquier estrategia o táctica que los ayude a obtener los beneficios.
Algunas de las opciones favoritas incluyen reducir la inversión en investigación y desarrollo, recortes extremos de costos (por ejemplo, rondas regulares de despidos, optar por ingredientes más baratos y de menor calidad en los productos, recortar gastos en la fabricación o el control de calidad), el crecimiento mediante adquisiciones y recompras de acciones.
Estas decisiones pueden, a su vez, sacudir la cultura de una empresa. Las personas empiezan a darse cuenta de que nada ni nadie está a salvo. En respuesta, algunos se comportan instintivamente como si hubieran pasado al modo de autoconservación.
Pueden acumular información, ocultar errores y operar de una manera más cautelosa y reacia al riesgo. Para protegerse, no confían en nadie.
Otros duplican la mentalidad de que sólo los más aptos sobreviven. Sus tácticas pueden volverse demasiado agresivas. Sus egos se vuelven desenfrenados. Aprenden a ascender en la jerarquía para ganarse el favor de la alta dirección mientras, en algunos casos, sabotean a sus propios colegas.
Para protegerse, no confían en nadie. Independientemente de si están en modo de autoconservación o autopromoción, la suma de todos estos comportamientos contribuye a una disminución general de la cooperación en toda la empresa, lo que también conduce al estancamiento de cualquier idea verdaderamente nueva o innovadora.»
Claramente esta psicología del individualismo y del sálvese quien pueda, nos sitúa directamente en el lado azul del juego, generando desconfianza e inseguridad.
Pensamiento en la mente infinita
Los beneficios del pensamiento infinito vienen porque grupos de personas que están unidas por una causa común, deciden colaborar sin la promesa de una paga extra a fin de año, participación en los beneficios de la empresa o compensación económica alguna.
Se hace porque se «siente» que contribuyes a algo más grande que nos sobrepasa, algo con un valor que durará mucho más allá de nuestras propias vidas.
Lo podemos comparar al trabajo colectivo del voluntariado o en el caso de una gran obra civil de infraestructura, implica aunar física y psicológicamente (motivar) a las personas para alcanzar una sinergia y superar los temas que surgen inesperadamente en el día a día, consiguiendo que aquella sea una realidad.
La participación en dichos proyectos, conlleva una realización personal y colectiva, que va más allá de cualquier retribución material posible.
Reflexiones
A lo largo de la serie de artículos redactados en esta web, se ha hecho siempre hincapié en lo importante que es el trabajo permanente sobre el conocimiento personal.
La razón es porque si una persona no explora quien es y por ello, comprueba que tiene capacidades y/o habilidades que se alejan de la razón, entonces su mente reducida solo tiene la certeza de que cuando su cuerpo/instrumento deje de funcionar, ya no existe nada más.
Así, solo puede mantener una mente que le muestra una perspectiva de la vida material y en consecuencia, estará viviendo/experimentando un juego finito.
Ello significa desde el punto de vista psicológico, lo verdaderamente importante para ella es la inmediatez en la obtención de deseos y compensaciones materiales, sin importar los medios.
Su razón de vivir, si es que la hay, no es otra que acumular, ya sean bienes, poder, etc., no tendrá ninguna idea de trascender y mucho menos, del sentido de la vida.
Sin embargo, si :
- lo perceptible por los sentidos es la existencia permanente del cambio
- el cambio implica queramos o no, dejar el cuerpo, a la conclusión de nuestro trabajo
- la constatación de las regresiones espirituales, nos indican el recuerdo de otras vidas (otros juegos finitos ya realizados)
- ni el tiempo ni el espacio existen por si mismos
- tenemos un sentimiento atemporal interno de «ser»
entendemos que estamos jugando un juego infinito en el que los objetivos parciales se centran en un aprendizaje continuo y acumulativo, aunque no sepamos en este nivel las razones de ello.
Quizás así, aceptándolo, no le demos tanta importancia a los problemas y aspectos materiales que se nos presentan en estas «vidas» intermedias.
Por el contrario, queda claro que conviene centrar nuestra atención en nosotros mismos para:
- conocernos mejor
- experimentar qué significa el vivir en colectividad
- identificar el camino
- disponer de una consciencia más desarrollada
Comparación con las condiciones de juego en esta vida
Recordando lo expresado anteriormente en cuanto a los juegos infinitos…..
Los juegan jugadores conocidos y desconocidos.
Si no nos conocemos a nosotros mismos, mucho menos conoceremos quienes son los que nos acompañan en la vida, es obvio que «aparentemente» desconocemos quienes jugamos en este juego.
No hay reglas exactas o acordadas.
Al nacer no nos acordamos de nada (forma parte de las reglas del juego), como máximo seguimos a través de nuestros padres y entorno las reglas de la cultura donde nacemos, apegándonos a ello con el alquitrán.
Aunque puede haber convenciones o leyes que rijan cómo se comportan los jugadores, dentro de esos amplios límites, los jugadores pueden operar como quieran. Y si eligen romper con las convenciones, pueden hacerlo.
Siempre han existido personas que no han seguido las reglas sociales de su cultura o incluso las han combatido, no se trata de si eso está bien o mal, simplemente es una decisión y ello les conduce a unas experiencias.
No se puede opinar y mucho menos juzgar si se desconocen los motivos «profundos» que les llevaron a ello.
Pero para empezar a «despertar» a una nueva conciencia de nosotros mismos, es preciso aceptar/integrar que nuestro pensamiento y comportamiento viene marcado esta vez, desde nuestros inicios en este mundo.
La forma en que cada jugador elige jugar depende totalmente de ellos. Y pueden cambiar la forma en que juegan el juego en cualquier momento, por cualquier motivo.
Lo que nos lleva al descubrimiento del poder de las capacidades personales, a eliminar o seguir formalismos, a la posibilidad de la rotura de creencias, y a valorar si en realidad existe el libre albedrío.
Los juegos infinitos tienen horizontes de tiempo infinitos. Y como no hay línea de meta, no hay un final práctico para el juego, no existe tal cosa como «ganar» un juego infinito.
A lo largo de la vida, cuando hemos conseguido un deseo u objetivo material, ya no le damos la misma importancia que antes de su consecución.
Al final de la vida, lo material no nos lo llevamos como equipaje. Solo cuenta lo inmaterial, en especial la interacción con los demás.
En un juego infinito, el objetivo principal es seguir jugando para perpetuar el juego
¿No será que vivimos en un juego perpetuo….sin saberlo?
Recordemos de nuevo la dedicatoria del autor del libro The Infinite Game:
«Querida abuela. Porque vivías como si no hubiera meta.
Que todos aprendamos a vivir una vida tan infinita.»
Que así sea, mejor en esta, si no en la próxima, no hay que pre-ocuparse.
🤔Tomémonos un café con el ego, dejémonos de alimentarlo, liberemos el ego y seremos más libres.
Vivamos siendo disruptivos, sabiendo la farsa en la q vivimos. Todos los pensamientos son ilusorios, ruido, pura ficción.Seamos valientes saturados de tanto sufrimiento por la inconsciencia de no saber quienes somos. Dejémos de QUERER para comenzar a AMAR. Vivamos de dentro hacia afuera, con el ❤️!!